S’inacabat mallorquí. Crónica de un despilfarro

Palau_1Por Incompiuto Siciliano se denomina en Italia a aquellos fantasmas inmobiliarios, auténticos monumentos al despilfarro que se encuentran dispersos por la totalidad de la geografía del país, aunque principalmente en Sicilia, donde se han catalogado hasta 160 de esos elementos (existe otra versión, en esta ocasión calabresa, denominada «non finito calabrese«. Os recomiendo este documental al respecto).

Se trata, en definitiva, de “(…) esqueletos de ambiciosos proyectos que quedaron a medias. Obras públicas que nadie se preocupó por terminar y entregar a la ciudadanía (…)” (elpais.com). Son hijos e hijas de las formas de hacer política de esta isla del Mediterráneo. Sin embargo, no muy lejos de allí, en territorio español, encontramos evidencias, pruebas palpables, de que tales políticas absurdas, verdaderos elefantes blancos abandonados, también deambulan entre nosotros.

La Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, aunque principalmente Mallorca, guarda numerosos de estos verdaderos depósitos de cemento, proyectos y obras que finalmente se quedaron en simple filfa. El Velódromo de Palma Arena es el buque insignia de este tipo de construcción. Se trata de un Velódromo, un pabellón deportivo multiuso, aunque en la actualidad su principal función sea la de ser sala de conciertos (sic!). Con un presupuesto inicial de 48 millones de euros, que finalmente quedó casi duplicado alcanzando más de 90 millones de euros, ha sido y es objeto de batalla legal y causa de encauzamiento y sentencia de más de un político de renombre, y algún que otro miembro de la Familia Real.

Otros ejemplos son el Palau de Congressos, cuya obra se encuentra actualmente parada, o el Parque de las Estaciones, y así un elevado número de proyectos y obras mal hechas, peor acabadas y, en ocasiones, sin uso ni perspectiva del mismo.

Citando a Marc Augé, padre del concepto del No-lugar, un lugar antropológico es una construcción concreta y simbólica que es “principio de sentido para aquellos que lo habitan y principio de inteligibilidad para aquel que lo observa”. Estos lugares son identificatorios, relacionales e históricos, es decir, superan lo físico, lo tangible y pasan a ser cultura. Sin embargo, en contraposición, los no-lugares son espacios donde no pueden leerse las identidades, ni las relaciones ni la historia. Y estos son los espacios con los que nos encontramos en los diversos incompiutos que se encuentran no solo en la geografía italiana o española sino a lo largo de la costa mediterránea, verdadero museo de los horrores.

Quizás no haya soluciones simples para estas construcciones, ni nadie nos devolverá nuestro dinero, pero lo que no debemos es olvidar. Una solución puede ser recuperar dichos elementos transformados en obras de arte, como ya propone el colectivo «Oltre il Muro» para los espacios públicos urbanos.

Recordando de nuevo a Augé, “el reto es conservar estas obras, metáforas de nuestra época incompleta, (…) sin derrumbarlas ni acabarlas. Sería la mejor forma de preservar la memoria de nuestros errores”.

En el siguiente link podéis ver algunas fotos tomadas de las construcciones a las que se ha hecho referencia en el post. Gracias Neus!!

Para ver las fotos, aquí!

Y por supuesto, no podemos acabar sin música.

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