¿El turismo contra los barrios?

Fuente: eldiario.es

Fuente: eldiario.es

Este texto lo escribí a modo de Editorial para el número 1 de la Revista Marea Urbana, de la Taula Veïnal d’Urbanisme de Barcelona, publicada en febrero 2016.

¿El turismo contra los barrios?

Que la ciudad es un espacio de y para el conflicto es un hecho sencillo de comprobar abriendo cualquier periódico: huelgas en los servicios públicos, represión de la venta ambulante irregular, vulneraciones de la legalidad urbanística vigente, manifestaciones varias, desahucios, luchas por la apropiación del espacio urbano, etc. Barcelona, en este sentido, no se queda atrás. Es más, dada su envergadura y su carácter político, social y económico, no puede más que arrastrar toda una historia de conflictividad urbana con conocidos y, a veces, recordados picos de actividad. Desde los sucesos de la Semana Trágica, pasando por la Revolución del 36 y los movimientos vecinales de los años 70, hasta llegar al 15M y sus asambleas de barrio, las acciones de la Plataforma d’Afectats per la Hipoteca (PAH), las ocupaciones de inmuebles destinados a la especulación o, más recientemente, unas protestas vecinales que han puesto de moda un, cada vez más, difundido neologismo, la turistificación.

Si hubiera que establecer un punto de partida, una fecha simbólica en el calendario, desde donde disponer el inicio de estas movilizaciones contra un fenómeno que ha llegado a alcanzar cotas de reconocimiento internacional, este podría ser el verano del año 2014, cuando las protestas llevadas a cabo por los vecinos y vecinas de la Barceloneta saltaron a las páginas de los periódicos y a las pantallas de nuestros aparatos de televisión. Los hechos son por todos conocidos: el Ajuntament, gobernado por Convergéncia i Unió (CiU), era interpelado por un barrio que veía como, pese a unas estadísticas oficiales que decían que únicamente 72 de los 604 apartamentos turísticos legales con los que contaba Barcelona se encontraban dentro de sus límites, la realidad más dura se empeñaba en señalar lo contrario, esto es, la existencia de cientos de pisos turísticos sin licencia y una clara pasividad municipal al respecto. El comercio tradicional desaparecía, los vecinos y vecinas se mudaban, imposibilitados para hacer frente al alza de los alquileres, hoy en día desorbitados, y el barrio, tal y como había sido conocido hasta ese momento, caminaba hacía su desaparición.

Se denunciaron entonces los efectos que años de políticas, tanto municipales como autonómicas y estatales, de barra libre o tarifa plana (términos en aquel tiempo de moda), estaban erosionando gravemente el tejido social de la Barceloneta, pero también de otros barrios emblemáticos como el Gòtic, la Sagrada Família, Poble Sec o Gràcia. Para ello se puso el acento, no solo en criticar la ausencia de una regulación específica y restrictiva sobre todo tipo de establecimientos turísticos -hoteles, pensiones, apartamentos, hostels, albergues, etc.-, así como las prácticas incívicas de algunos de los visitantes, sino también la permisividad institucional con la proliferación de un tipo de turismo de carácter depredador, así como la apuesta por modelos elitistas para zonas como el Port Vell o Diagonal Mar.

No creemos que sea un error adjudicar parte del éxito de una fórmula electoral como Barcelona en comú a, por un lado, el saber hacer suyas las exigencias vecinales y, por otro, a la implicación de algunos de sus líderes en conflictos que escapaban al ámbito más inmediato de los barrios, alcanzando niveles de ciudad. No obstante, también es cierto que los vecinos y vecinas no se quedaron cruzados de brazos en espera de una hipotética resolución de la problemática por parte de las renovadas instituciones municipales. La Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible (ABTS), a nivel suprabarrial, así como plataformas y entidades de menor tamaño, como EnsPlantem en el Poblenou, o la Xarxa Ciutat Vella No Està en Venda, nacieron o tomaron nuevos bríos en este nuevo contexto local, coordinando esfuerzos y compartiendo dinámicas y acciones.

Como dice Claudio Milano en su artículo, incluido en el presente número, “Turismofobia: cuando el turismo entra en la agenda de los movimientos sociales”, las resistencias vecinales contra la presión turística suponen un fenómeno ciertamente novedoso en el panorama europeo, así como en el Estado español, y más aun las reflexiones en torno a la relación entre el turismo, el derecho a la vivienda, la justicia espacial, el acceso al espacio urbano o los procesos especulativos. Es por esto que los artículos que conforman el dossier central la Revista, elaborados por miembros de la propia ABTS en base a su experiencia o sobre las conclusiones recogidas durante la celebración del 1er. Fòrum Veïnal sobre Turisme -celebrado durante los primeros días de julio de este año-, recogen los anhelos, demandas y propuestas de un amplio movimiento vecinal que no deja de estar alerta.

Se completa el número 1 de Marea Urbana, además de con otras secciones estables, con un artículo que persigue ser una reflexión sobre el turismo de masas; con otro que ahonda en la cruda realidad de las externalizaciones presentes en el sector hotelero, para finalizar con un texto que pretende hacernos reflexionar sobre las formas, escasamente democráticas y fuertemente vinculadas al sistema neoliberal, en las que se diseñan las políticas urbanas a nivel global. Las conferencias preparatorias continentales, así como la cita final de la Agenda Urbana de Habitat III (un capítulo de políticas que estará vigente en el marco de Naciones Unidas por un periodo de veinte años), han pasado desapercibidas para la opinión pública, permaneciendo su crítica y conocimiento restringido a los ámbitos más cercanos de la alta empresa, la academia y la política local.

Esperamos que el presente ejemplar sirva para consolidar una Revista con vocación crítica que no pretende otro objetivo que el de convertirse en una herramienta útil en manos de diferentes colectivos, vecinas y vecinas de Barcelona, y recoger sus principales debates, inquietudes y propuestas.

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2 respuestas a ¿El turismo contra los barrios?

  1. eso dijo:

    La turismofobia, podria ser crear un problema inventado donde no lo hay (o resoluble sin dañar el turismo), para hacer un sabotaje a la economia de un pais cuyos ingresos vienen del turismo

    No hay que olvidar eso

  2. Pingback: ¿El turismo contra los barrios? — El Antropólogo Perplejo – Espacio Público y Sociedad

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