El cuento de la mandarina anarkista

Fuente: Propia

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El cuento de la mandarina anarkista

Hace un rato llegué de la calle. Había recogido a mi hija y, después de amarrar la bici como siempre en un árbol, la cogí a ella y las bolsas de la compra y enfilé en dirección a mi casa. Vivo en un barrio de Barcelona, de esos cuya trama aún sigue el diseño octogonal de Cerdà para el Eixample. Las calles son amplias y las aceras, también.

Justo cuando iba a entrar en el portal de mi edificio, he escuchado distintas voces gritar. Era como un barullo. He soltado las bolsas y cogido fuertemente a la niña. Tres chicos, de unos 11-12 años, venían corriendo hacia mí. Detrás, dos Mossos d’Escuadra, dos, gritaban y pedían refuerzos y ayuda. ¿Para tres críos pensé? Al fijarme en los chicos, pude observar que llevaban unas mandarinas en las manos. ¡Unas amenazantes mandarinas! Los he perdido de vista justo al cruzar la esquina.

Ya se sabe que el robo de mandarinas lleva, irremediablemente, al anarquismo.

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Una respuesta a El cuento de la mandarina anarkista

  1. Manel Artero dijo:

    Reblogueó esto en El Día a Diarioy comentado:
    Según Rajoy «Se ha acabado la crisis».
    Será una crisis pequeña, anarquista, de esas que puede ir la policía y machacar sin rubor alguno ya que sus srímenes andan protegidos por la impunidad que les da la Ley Mordaza.

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