El Bajo Guadalquivir, una apuesta por la calidad de vida

Artículo publicado en la Revista Tierra Sur, en el verano de 2002, nº9.

El Bajo Guadalquivir, una apuesta por la calidad de vida

La ubicación de la comarca junto a la costa atlántica, así como la presencia de numerosas zonas húmedas —lagunas naturales y complejos endorreicos—, y de cálidas playas y paisajes litorales, dotan a este territorio, marcado por la abundancia y riqueza de la avifauna y flora autóctona, de un gran valor ecológico. Su máximo exponente se encuentra en el Parque Nacional de Doñana, declarado por la UNESCO

Reserva Natural de la Biosfera. En este sentido, también destacan las marismas del Guadalquivir, entorno privilegiado para la realización de deportes de contacto con la naturaleza y actividades relacionadas con el turismo ecológico, como paseos a caballo, cicloturismo, senderismo, etc… Además, el devenir de la historia ha querido dejar en esta zona de Andalucía numerosos monumentos y edificaciones (castillos, torres, iglesias…) que dan fe de su esplendor cultural. Otro de los grandes atractivos de esta tierra es su variedad gastronómica y vinícola.

En cuanto a sus sectores productivos, la agricultura constituye el principal pilar en la economía de los municipios del Bajo Guadalquivir. No en vano, la superficie  cultivada en toda la comarca se sitúa en torno a 150.000 hectáreas, de las que más del 30% son de regadío, con una diversidad de cultivos que van desde los más tradicionales (algodón, remolacha, cereales, viñedos, etc.) hasta los más modernos, como la flor cortada, pasando por productos de alto consumo y producción (hortalizas, arroz, frutales,…) y nuevas producciones selectas (fresas, espárragos,…). Precisamente algunos de estos cultivos están generando en la comarca una creciente industria agroalimentaria, con la consiguiente generación de riqueza y empleo de mano de obra.

Aun así, cabe citar que la industria es poco representativa en el territorio, salvo en algunas localidades caracterizadas por actividades industriales concretas (sector  bodeguero y mueble artesano de caoba en Sanlúcar de Barrameda, distribución alimentaria, de carnes y aceitunas en Utrera, industria de transformación y artesanía de la cerámica en Lebrija, o actividades industriales diversas en Los Palacios), tratándose en general de pequeñas instalaciones con escaso nivel tecnológico. Por su   parte, el sector de la construcción presenta un mayor dinamismo en los municipios costeros, relacionado principalmente con la actividad turística.

Pero a pesar de la gran importancia económica de la actividad agrícola, es el sector servicios el que mayor empleo genera y el que contribuye con un mayor volumen económico al nivel de renta familiar de sus habitantes. Existe un elevado número de establecimientos de restauración, asociados a la importante población de la comarca y a la dinámica turística, sobre todo en las localidades costeras. No en vano, el sector turístico tiene un fuerte potencial de crecimiento en la comarca, tanto en la zona costera, ligada al turismo de sol y playa, como en el interior, donde se están sentando las bases para el impulso del turismo rural. Las localidades del Bajo Guadalquivir cuentan con una gran variedad de recursos culturales y naturales que pueden ser disfrutados durante todo el año gracias al buen clima.

Antecedentes en el desarrollo local A finales de los años 80, nueve de los municipios de la comarca se unieron dando lugar a la Mancomunidad de Municipios del Bajo  Guadalquivir (MMBG). Fue ésta una iniciativa singular, pues se trataba de un órgano de derecho público que, superando los objetivos tradicionales de este tipo de instituciones, como puede ser el desarrollar obras y servicios comunes por razones de economía de escala, se centraba en la promoción del desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida de los municipios de la comarca. Posteriormente a esta primera constitución, se adhieren otros dos municipios.

La Operación Integrada de Desarrollo (O.I.D.) fue el primer proyecto que se puso en marcha, una iniciativa que actuaba en todos los sectores y ámbitos de la actividad socioeconómica del territorio. El apoyo iba dirigido principalmente a infraestructuras, equipamientos urbanos, equipamientos sociales, dotación de suelos industriales, apoyo a empresas, formación de recursos humanos, etc. A esta O.I.D. le siguieron en años posteriores otros programas e iniciativas, dotados de fondos provenientes tanto de la Unión Europea, como de la administración central y autonómica, de las diputaciones provinciales o de otros organismos. Su coordinación se ha apoyado en grandes marcos de actuación, como el Plan Comarcal de Promoción y Desarrollo, y el Plan Comarcal de Inserción y Formación. Ambos planes, desde el principio, se encontraron completamente interrelacionados y para su ejecución son muchos los proyectos que se han desarrollado teniendo como ámbito de actuación la comarca del Bajo Guadalquivir.

También se ha actuado en cuestiones relativas a la cooperación transfronteriza con Marruecos y la protección del medio ambiente, con una serie de acciones encaminadas a la mejora en la gestión de residuos, tanto sólidos urbanos como los procedentes de la actividad agrícola, y sobre todo a que la población comprenda la necesidad de proteger el medio ambiente. Hay que comentar, por último, que durante los años 2000 y 2001, la MMBG ha elaborado un nuevo Plan Estratégico de Desarrollo que guiará sus actuaciones en los próximos años. El PRODER en el Bajo Guadalquivir Cuando surge en el año 1996 el Programa Operativo de Desarrollo y Diversificación Económica de las Zonas Rurales, la MMBG acumula ya una experiencia de ocho años al frente del desarrollo local del territorio. La puesta en  marcha de la Asociación para el Desarrollo Local de la Comarca del Bajo Guadalquivir (ADELQUIVIR) por iniciativa de esta entidad, supone un nuevo paso a favor de dicho desarrollo. La creación de ADELQUIVIR trae consigo un nuevo enfoque de cooperación público- privada y de valorización de las potencialidades de los productos y servicios locales. Así, existen acuerdos y convenios con diferentes entidades de ahorro y crédito, importantes para el desarrollo local de todo territorio, por la canalización de activos y empuje inversor. Baste citar que actualmente forman parte de la junta directiva de la asociación 33 socios representativos de los diferentes intereses del territorio: económicos, sociales, culturales e institucionales, donde el consenso es general para los acuerdos adoptados.

El funcionamiento del PRODER en la comarca ha supuesto un apoyo importante al  sector productivo local. Se han originado 233 proyectos distintos, los cuales han supuesto una estrategia de desarrollo con vocación de durabilidad y capacidad de implicar a la población en su ejecución y gestión. Estos proyectos han girado, principalmente, en torno a la revalorización del potencial productivo agrario, como corresponde a una comarca con vocación eminentemente agraria. La inversión ha ido dirigida en especial a la manipulación y comercialización, tanto de productos hortofrutícolas, como de la flor cortada, dos de los subsectores más importantes de la comarca, o a la manipulación y comercialización de aceituna de mesa y encurtidos artesanales, así como la fabricación de abonos orgánicos, cría y engorde de  avestruces, etc.; al fomento de las actividades turísticas, favoreciendo el desarrollo de una cultura gastronómica, muy rica en la comarca, a través de establecimientos dedicados a su degustación, y que de igual forma ofrecen servicios turísticos ligados a dar a conocer la cultura y las tradiciones de nuestros pueblos. Favoreciendo también el desarrollo del turismo ligado a actividades propias de determinadas zonas como, por ejemplo, explotaciones agrícolas (acondicionando sus instalaciones para uso turístico, potenciando la creación de alojamientos, servicios de restauración y actividades ligadas a las faenas agrícolas, y al mundo del caballo o del toro bravo); a la valorización del patrimonio rural, con proyectos aprobados para la mejora y creación de pequeñas infraestructuras de comunicación, restauración del patrimonio histórico, artístico y cultural, creación de pequeñas infraestructuras de ocio y esparcimiento, como nuevas zonas verdes; sensibilización para una toma de conciencia medioambiental de los ciudadanos, difusión de la cultura e historia de los pueblos, pequeños equipamientos de servicios, estudios o inventarios, y a la potenciación de las pymes, centrada en la creación y mantenimiento del empleo, la incorporación al mundo laboral de jóvenes emprendedores, y el favorecimiento de la actividad artesanal de nuestra comarca.

Además de este importante impulso a la economía local, desde ADELQUIVIR se ha desempeñado una labor importante en la incorporación de la perspectiva de género en las políticas implementadas, y ejemplo de ello es el proceso que ha desembocado finalmente en la constitución de una Federación de Asociaciones de Mujeres del Bajo Guadalquivir y su inclusión en la Junta Directiva de la asociación, en primera línea de la toma de decisiones. Los mismos pasos se están siguiendo en la perspectiva de juventud. Existe, por otro lado, un apoyo decidido a las nuevas tecnologías, pilar básico de la nueva economía, y a la inversión tecnológica industrial. Existe un proyecto de interconexión entre todos los municipios de la comarca y la MMBG que facilita el acceso al ciudadano a las políticas y programas de las administraciones y crea el pilar de una futura ventanilla electrónica. La apuesta de futuro de Adelquivir en el PRODER andaluz Tal y como reza el objetivo del nuevo Programa de Desarrollo Endógeno del Bajo Guadalquivir, la apuesta de futuro se basa en avanzar hacia la calidad de vida en la comarca, en un Bajo Guadalquivir dinámico y equilibrado a través de la diversificación de las actividades productivas y del impulso social. Este objetivo dinámico es de lo más ambicioso, motivo por el cual ya se están poniendo en marcha diversos proyectos y actuaciones que incidirán de manera directa sobre el mismo.

El Bajo Guadalquivir apuesta en esta segunda etapa por sectores que pueden aportar un elevado grado de dinamismo a la economía de la zona. Así, y aprovechando las sinergias que pueden generar diversos centros especializados de importancia relativa en la zona (hipódromo de Dos Hermanas y el área de Jerez de la Frontera), se está apostando fuertemente por el mundo del caballo en la comarca. La elaboración de un Plan Estratégico del Sector Ecuestre, o la participación en actividades conjuntas con otros Grupos de Desarrollo a través de proyectos de cooperación, muestran la importancia que se le está dando a dicho sector. La puesta en valor y aprovechamiento del río Guadalquivir, verdadero eje y elemento de identificación de la comarca, también es objeto de intervención.

La margen izquierda del río, a su paso por el territorio, puede llegar a convertirse en un gran revulsivo y factor de desarrollo social y económico. Por supuesto, no podemos olvidar la continuación de la labor emprendida en cuanto a apoyo a los sectores desfavorecidos, el acompañamiento de los proyectos de emprendedores, la diversificación y modernización del sector agrario, la revalorización del patrimonio o las nuevas tecnologías en sus más amplios aspectos como piezas del gran puzzle que constituye la estrategia de desarrollo rural en el Bajo Guadalquivir.

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